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De cosechar uvas en California hasta manejar los destinos de un banco: la historia de Anna Alvarado

Cuando tenía 8 años conoció a un abogado que informaba sobre derechos de los agricultores... quedó cautivada por esa profesión

El primer trabajo que uno tiene en la vida suele ser, por ejemplo, de mesero, en una tienda o como salvavidas.

El de Anna Alvarado fue cosechando uvas a los 8 años en California, en el Campo de Trabajo Woodville (actualmente Woodville Labor Center), donde vivió y trabajó hasta que tuvo 14 años.

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“Me acuerdo que llegaba muy temprano en la mañana, sentía el rocío, el lodo, y pensaba, ‘Okay, ¿cómo puedo terminar esto pronto?’”.

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En ese tiempo Alvarado detestaba trabajar en el campo. Hoy agradece haber vivido esa experiencia “por infundirme el espíritu del trabajo duro en mi ADN” y por enseñarle desde temprana edad que quería un trabajo de oficina.

Anna Alvarado, en su juventud, cuando realizaba trabajo agrícola en Woodville Farm Labor...
Anna Alvarado, en su juventud, cuando realizaba trabajo agrícola en Woodville Farm Labor Camp en el sur de California.
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Alvarado, de 43 años, es la nueva directora jurídica de Texas Capital Bancshares, matriz de Texas Capital Bank, el octavo banco más grande en Texas con $35,000 millones en activos.

Su primer día de trabajo es el 15 de octubre, cuando asumirá un puesto que ha estado vacante desde julio.

Estudiar derecho no estaba en sus planes, hasta que los trabajadores del campo donde ella trabajaba se declararon en huelga en el marco de un movimiento liderado por el famoso organizador campesino César Chávez.

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Un abogado del equipo de Chávez llegó a hablarles sobre sus derechos y de la lucha por mejores salarios y condiciones de trabajo más seguras.

Alvarado quedó cautivada.

“Recuerdo que pensé: ‘Wow, es muy inteligente, y la gente le pone mucha atención. Es súper elocuente. Así quiero ser yo’”, dijo.

Alvarado llega a Texas Capital en una coyuntura crítica.

El banco de Dallas está pasando por un proceso de transformación bajo el mando del director ejecutivo Rob Holmes, quien asumió en enero después de una trayectoria de tres décadas en JPMorgan Chase.

Holmes ha estado haciendo limpieza de casa con la meta de hacer de Texas Capital “la firma de servicios financieros emblemática de Texas”.

Alvarado dijo que quiere ser “un linebacker que bloquea y taclea” para el banco a fin de ayudarle a lograr sus objetivos, y eso incluye hacer un recorte de costos, dijo.

“El trabajo manual me dio una perspectiva desde la que me doy cuenta del privilegio de las personas que trabajan en ámbitos profesionales y en oficinas. Por eso ahora, cuando surge algún problema, pienso: ‘¿Estás bromeando? Esto no es nada. No estamos afuera, en el campo”.

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Alvarado admite que no soportaba las uvas ni disfrutaba del vino hasta hace poco.

Llegó a Fort Worth a los 17 años, cuando su padre, Jorge Arturo Alvarado, obtuvo aquí una oportunidad de trabajo.

En 1996 se graduó de la preparatoria Pascal.

Hoy está de vuelta en Fort Worth, donde vive cerca de su madre y con sus dos hijos, uno de 15 años y una de 13.

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“Nunca imaginé que llegaría a trabajar como ejecutiva en un banco de Texas”, dijo. “Todo lo que sabía era que quería trabajar en una oficina y no afuera”.

Su primera experiencia bancaria fue cuando estuvo a cargo de las finanzas de la familia mientras trabajaban en el campo.

Vendían uvas y cassettes en un bazar. Ella era la que llevaba las cuentas.

“Para mí el dinero era muy importante, porque representaba la seguridad financiera”, dijo.

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En el campo de trabajo Alvarado se daba su lugar. Su madre, María, recuerda que era “muy inteligente” y “muy adelantada para su edad”.

“Desde entonces podía interactuar y platicar con los adultos”, contó la madre.

Fue también entonces que Alvarado llegó a la conclusión de que “la educación era la clave para una vida mejor”.

Decidió estudiar administración para afinar su destreza financiera.

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La educación abre oportunidades

Recibió una beca para estudiar en Bentley University, una escuela de negocios privada en New England, de donde se graduó en 2000 con una licenciatura en estudios internacionales, y estudió un año más para obtener una maestría en administración de empresas con especialidad en finanzas.

Su primer trabajo de posgrado fue como analista financiera en el Sur de California, pero mientras estudiaba para su examen de contador público certificado, se dio cuenta de que quería algo diferente.

Entonces recordó a aquel abogado en el campo de trabajo.

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Le llamó a su mamá y le dijo: “Voy a solicitar admisión a derecho y lo voy a hacer en SMU (Escuela de Derecho Dedman) para estar cerca de ti”.

Aquel fue un periodo muy agitado para Alvarado. En ese tiempo estaba trabajando de tiempo completo con el despacho Hill Gilstrap de Arlington, iba a la escuela  en la tarde-noche y cuidaba a sus dos niños.

“Los seres humanos tienen capacidad de volver a levantarse y se acostumbran a cualquier cosa. Nada es para siempre”, dijo. “Esa fue una de las etapas en que tuve que esforzarme para seguir adelante”.

Después de graduarse en 2007, Alvarado empezó a trabajar con dos bufetes de abogados: Hill Gilstrap, donde fue la primera abogada hispana; y Tanner & Associates, un despacho de Fort Worth especializado en derecho laboral.

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En 2011, fue contratada por FirstCash, un negocio de una casa de epeño, que había sido uno de sus primeros clientes con Hill Gilstrap.

El director ejecutivo de la compañía le pidió que se integrara a su equipo porque necesitaba un abogado bilingüe que le ayudara con un problema que tenía en México. Alvarado aceptó el desafío.

“Si ser abogada me enseñó a defender a las personas, FirstCash me permitió redoblar mis relaciones y aprender a ser una cultura corporativa”, dijo.

FirstCash es una compañía de Fort Worth que opera más de 2,800 casas de empeño y tiene 16,000 empleados en Estados Unidos y América Latina.

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Un nuevo desafío

Hace alrededor de un mes, 10 años después de integrarse a FirstCash, Alvarado recibió una llamada de un reclutador que le pidió considerar un empleo en Texas Capital.

Alvarado primero descartó la idea, pero el reclutador logró convencerla de que se reuniera con los directivos del banco.

Dice que agradece la experiencia del trabajo agotador en el campo por la ética de trabajo que la ha llevado hasta donde está ahora. Tiene 60 primos hermanos, y muchos todavía trabajan en los campos de California.

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Cruz Rivera, uno de sus primos hermanos e instructor de la preparatoria Porterville de Porterville, California, dice que ha sido satisfactorio ver a Alvarado alcanzar sus sueños.

“Nosotros vivimos nuestros sueños a través de ella”, dijo. “Ella les abrió el camino a todas las jóvenes damas de nuestra familia”.

Alvarado casi no tuvo descanso entre un empleo y otro, pero dice que no lo necesitaba.

Por el contrario, está ansiosa de hacerle frente al reto de Texas Capital.

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“Estoy segura de que hay por ahí algunos negacionistas, gente que va a subestimar al equipo, y pensé, ‘Va a ser divertido demostrar que están equivocados’”.