Pamela Zamora es una de muchas personas en el Norte de Texas que les gusta usar ropa tradicional mexicana para expresar orgullo por sus raíces. El interés por usar este estilo de indumentaria ha incrementado en la región en los últimos años.
“Esta es una de las maneras por las cuales nosotros podemos representar a nuestra cultura, raíces y de donde son nuestros familiares”, dijo Zamora, de 24 años, quien tenía su pelo en trenzas y usaba botas vaqueras al momento de visitar una tienda de prendas mexicanas en el Bargin City Bazaar, en Oak Cliff. “Me gusta usar todos los colores y así representar a México”.
Desde niña le gustaban los vestidos mexicanos, pero ahora los puede usar con más frecuencia ya que ha notado que últimamente más jóvenes tienen una mayor motivación para expresar sus orígenes a través de vestimenta tradicional, explicó Zamora, cuyo padre es de Hidalgo y su madre, de la Ciudad de México.
“Me alegra que la gente esté comprando esta ropa”, dijo Zamora, de Oak Cliff, quien considera que el uso de esta ropa se ha normalizado luego de años de verse como algo fuera de lo común. “Entras a mi clóset y puedes ver que tengo muchas blusas, vestidos y zapatos mexicanos”.
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La alta demanda por trajes tradicionales en años recientes provocó un aumento de negocios que venden prendas mexicanas. Josefina Olide, dueña de la tienda Diana’s Mexican Imports, en el Bargin City Bazaar de la Westmoreland Road de Dallas, dijo que en los últimos tres años ha notado el crecimiento de negocios que venden ropa tradicional de México.
“Cuando yo comencé, en ningún bazar, ni en ninguna parte había (vestidos mexicanos) solo aquí y muchos años aquí nosotros fuimos los únicos”, dijo Olide, quien lleva 25 años vendiendo prendas típicas de su país. “Como empezó a tener mucho auge pues otros aquí se interesaron en poner esta clase de negocios”.
Más que preocuparse por la competencia, Olide, de 66 años, aseguró que le da gusto que otros negocios similares al de ella sigan surgiendo en Dallas porque eso ayuda a crecer el conocimiento sobre la cultura de su país. Puede que sea competencia, pero la demanda por este tipo de vestimenta todavía atrae clientes, dijo.
“De repente comenzaron a hacer muchas fiestas mexicanas como de cumpleaños, baby shower, bodas, quinceañeras, de todo”, dijo Olide, originaria de Tamaulipas.
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Varios vendedores locales coinciden que la cantante Ángela Aguilar ha ayudado a que usar vestimentas tradicionales mexicanas se ponga de moda, especialmente entre los más jóvenes.
La hija de Pepe Aguilar, una joven cantante de música tradicional mexicana, saltó a la fama por su interpretación de la canción “La Llorona”, de su primer álbum solista, Primero soy mexicana, donde cantó con vestimenta mexicana durante la entrega de los premios Latin Grammy 2018. Desde entonces, Ángela Aguilar ha sido reconocida por usar en el escenario vestidos con velo, flores bordadas y listones coloridos.
“Algunas sí toman ejemplos de los artistas que las miran. Por ejemplo, el estilo que ella (Ángela Aguilar) usa le llamamos blusa campesina que tiene elástico y se puede usar strapless”, dijo Olide.
Cristina Martínez, de 39 años, es otra vendedora que confirmó el interés en este estilo entre jóvenes. Ha trabajado en Western Boots and Work Boots, un local de ropa vaquera y vestidos mexicanos en Harry Hines Bazaar por más de dos años. Los vestidos campesinos siempre han sido una de las prendas más vendidas en la tienda donde trabaja, dijo.
“Desde que yo entré ya estaba fuerte (la demanda por los vestidos)”, dijo Martínez, originaria de Chihuahua. “Tengo un pedido por una quinceañera y las damas (de honor) van a llevar vestido tradicional mexicano. Está como muy popular”.
Reyna Jaimez, dueña de otros dos locales dentro de Bargin City Bazaar, vende vestidos típicos de Chiapas, Jalisco, Oaxaca, Querétaro, Michoacán y Guerrero. Jaimez dijo que la mayoría de sus clientes son de Guanajuato. Durante el Mes de la Herencia Hispana es cuando se venden más vestidos, especialmente con los colores de la bandera de México: verde, blanco y rojo.
El uso de estos vestidos celebra la cultura mexicana y ayuda a que continúe vigente entre nuevas generaciones, dijo Jaimez, propietaria de M&J Children Varieties.
Aparte del aumento del interés por este tipo de prendas que ayuda a sus ventas, algunas dueñas de negocios ven otro beneficio agregado: mayores ganancias para los artesanos que fabrican este tipo de ropa en México.
“Lo que más me ha motivado es ayudar a las personas mexicanas, a los artesanos que son las personas que lo están haciendo”, dijo Jaimez, de 33 años y originaria del Estado de México.
Olide también prefiere ofrecer vestidos de gente que hace la ropa a mano en vez de comprarlos de proveedores que venden vestidos hechos a máquina.
Según la página en Etsy de María Arroyo, artesana en Chiapas y dueña de la tienda Amatzolli, toma hasta dos meses hacer a mano un Huipil, un traje típico usado por mujeres indígenas de México y Centroamérica.
Importación desde México
Olide dijo que lo más que ha pagado en aduana para traer ropa mexicana a Dallas, han sido $2,000. Este mes ha ido a México para importar más mercancía para las Fiestas Patrias.
Tomasa Contreras, de 68 años de edad, dueña de Tomasita’s Fashion en el Harry Hines Bazaar, explicó que no fue fácil comenzar su negocio hace cinco años vendiendo mercancía traída desde México, por los altos precios para su importación. Contó que solo lo intentó una vez, pero desde entonces prefiere comprar los vestidos en Dallas a un distribuidor local.
Para sacar ganancias, los dueños de este tipo de negocios reconocen que deben subir los precios de los vestidos tradicionales importados de México, considerando el costo de la transportación y la mano de obra.
Los vestidos de Diana’s Imports cuestan desde $20 hasta casi $200. Mientras más material y más bordado lleve será más costoso, explicó Olide, quien dijo que sus vestidos tradicionales más caros son los usados para bailes folklóricos de Jalisco y Chiapas.
“Cuando es el vestido largo y tiene estampado en todo lo que es acá o abajo ya es de $45″, dijo Martínez, señalando la altura de los hombros de una de las prendas que vende en el bazar de Harry Hines Boulevard.
Varios de los vestidos en los locales dentro de Bargin City Bazaar y Harry Hines Bazaar tienen precios similares. La mayoría comienzan desde $35.