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Pasaron 27 años, pero por fin Jimmy Johnson recibió el lunes un homenaje en el AT&T Stadium de Arlington.
La ocasión lo ameritaba, el exentranador de los Cowboys fue inducido al salón de la Fama de la NFL en agosto pasado, aunque su nombre sigue sin aparecer en el Anillo de Honor (Ring of Honor) del estadio que Jerry Jones construyó.
Jones se convirtió en dueño del equipo de Dallas en 1989 y su primera decisión fue contratar a Johnson como su entrenador en jefe.
Durante su estadía en Dallas, Johnson transformó al equipo en una dinastía y llegó a ganar dos Super Bowls de manera consecutiva, en 1992 y 1993.
A pesar del éxito deportivo, la relación entre Jones y Johnson no fue de la mejor ya que sus egos chocaban frecuentemente.
Jones, también gerente general del equipo, sentía recelo de que Johnson se llevara todo el crédito por los triunfos obtenidos en el emparrillado.
Jones quería que reconocieran su trabajo por haber sido el arquitecto de la potencia que trajo a Dallas a Troy Aikman, Emmitt Smith y Michael Irving.
La tirante situación llevó a que Jones y Johnson se divorciaran después de la obtención del Super Bowl en 1993 y desde entonces comenzó su largo proceso de reconciliación.
Casi tres décadas después, ambos personajes coincidieron que era momento de olvidar las rencillas del pasado.
Jones y Johnson tienen 78 años de edad, ya era tiempo de que ambos perdonaran.
Es así que llegamos al partido de la Semana 3 de la temporada 2021 de la NFL entre Dallas y Filadelfia en el AT&T Stadium.
En el juego de lunes por la noche, transmitido a nivel nacional por la cadena ESPN, el exentrenador de los Cowboys, así como Cliff Harris y Drew Pearson fueron homenajeados para celebrar su ingreso al Salón de la Fama.
Los 80,000 espectadores que llenaron el estadio ofrecieron una estruendosa ovación a Johnson cuando su nombre fue mencionado junto a las otras dos leyendas del equipo.
Visiblemente emocionado, Johnson agradeció al público sus muestras de cariño para después estrechar la mano de Jones, quien le colocó el anillo del Salón de la Fama en el dedo anular de su mano izquierda.
La reconciliación finalmente llegó entre estos dos hombres a los que el tiempo se les escapa de las manos como si tratara de los últimos dos minutos del partido más importante de su vida.
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